
Jueves Santo en El Barco de Ávila: El Valor de Mantener Viva una Tradición
El Jueves Santo en El Barco de Ávila volvió a llenar las calles de recogimiento, devoción y comunidad. Una vez más, los pasos salieron en procesión por el corazón del pueblo, acompañados por vecinos y visitantes que, entre rezos y silencios, rendían homenaje a una de nuestras tradiciones más sentidas. Las imágenes de la Virgen Dolorosa y de Jesús Nazareno recorrieron las estrechas calles adoquinadas, sostenidas con esfuerzo y orgullo por mujeres y hombres del pueblo.
Pero más allá del simbolismo religioso y la belleza estética del acto, hay una realidad que no podemos ignorar: cada año se hace más difícil encontrar personas dispuestas a cargar con los santos. No es solo cuestión de fuerza física, sino de compromiso y voluntad de mantener viva una costumbre que forma parte del alma de nuestro pueblo. Por eso, el agradecimiento a quienes siguen poniéndose bajo los varales es inmenso. Gracias a ellos, esta manifestación de fe y tradición no se pierde en el tiempo.
Las fotos que acompañan esta entrada no son solo testimonio del acto religioso, sino también un homenaje a todas esas personas anónimas que, con su esfuerzo, su fe y su entrega, hacen posible que la procesión siga adelante. Gracias a ellas, lo que podría quedar en el recuerdo sigue caminando, año tras año, por nuestras calles.
Ver a jóvenes, mayores y familias enteras participando —ya sea llevando el paso o acompañando en silencio— nos recuerda que estas tradiciones no son solo del pasado. Son parte del presente y, si sabemos cuidarlas, también del futuro.
Que nunca falten hombros que sostengan lo que representa tanto para todos.




























