El Flysh de Zumaia, un paisaje que cuenta la historia de la Tierra

El Flysh de Zumaia, un paisaje que cuenta la historia de la tierra

El Flysch es una formación geológica única, compuesta por capas de roca sedimentaria que se han ido depositando durante millones de años. Cada estrato cuenta un capítulo de la historia de nuestro planeta, y en Zumaia estos estratos se elevan, se curvan y se rompen en formas dramáticas que parecen esculpidas por un artista.

En primavera, cuando la marea baja y la humedad lo permite, estas formaciones se cubren de algas verdes que las transforman completamente. La textura de la piedra combinada con ese color vivo crea una experiencia visual difícil de igualar.

San Telmo, tradición viva junto al mar

San Telmo, tradición viva junto al mar

Las fiestas de San Telmo son uno de los momentos más esperados del año en Zumaia. Como cada primavera, el pueblo se tiñe de azul y se llena de emoción desde el primer chupinazo, que marca el inicio oficial de las celebraciones. Ese instante, cargado de simbolismo y energía, reúne a jóvenes, mayores y visitantes, todos con la mirada puesta en el cielo mientras la primera cohete despega en medio del humo y los aplausos.

Uno de los momentos más emotivos es la procesión en honor a San Telmo, patrón de los marineros. Al son de las txistularis y con el mar de fondo, la imagen del santo recorre las calles acompañado de vecinos vestidos con sus trajes tradicionales. Es un homenaje sencillo pero profundo a las raíces marineras de la villa, un acto de fe y comunidad que atraviesa generaciones.

San Telmo no es solo una fiesta; es una forma de sentir y de vivir Zumaia. Una celebración en la que el pasado se entrelaza con el presente, y en la que cada gesto —desde el lanzamiento del cohete hasta la última nota de la banda— habla de identidad, memoria y alegría compartida.

Atardecer en Barrika

Atardecer en Barrika

Uno de los lugares más mágicos del País Vasco para despedir el día es, sin duda, la playa de Barrika. En esta época del año, las rocas afiladas que emergen de la arena están cubiertas por una capa de algas verdes que, al atardecer, adquieren un brillo especial bajo la luz cálida del sol poniente. Caminando entre las formaciones rocosas y los charcos que se forman con la marea baja, uno tiene la sensación de estar en otro planeta. Este momento, justo cuando el sol toca el horizonte y las sombras se alargan, es perfecto para detenerse, respirar hondo y simplemente contemplar.

La primavera en casa

La primavera en casa

La primavera llega sin hacer ruido, pero lo transforma todo. En el jardín de mi padre, cada rincón se llena de vida: los árboles frutales se despiertan con brotes de colores intensos, las flores se abren en silencio y las abejas empiezan su incansable labor, zumbando de flor en flor con precisión y dedicación. Observar este ciclo desde tan cerca —ver cómo unas simples flores anuncian el nacimiento de frutos, o cómo una abeja se detiene apenas un segundo sobre el romero— es un recordatorio de la belleza contenida en lo cotidiano. Cada detalle es una promesa de lo que vendrá, una celebración natural de la vida que sigue su curso.