La afluencia de turismo a la costa vasca nos deja estampas de los más curioso.
Hoy he estado comiendo en la cantina de la playa de Itzurun, y en intervalos de pocos minutos, he podido ver además de los surfistas y bañistas habituales… a una chica en topless paseando a su perro junto a una monja que con su hábito correteaba por la playa, hasta a unas chicas violinistas tocando su música junto a las rocas milenarias del flysch, ¡bonita estampa!