Aconsejados por el dueño del lugar donde nos alojábamos, hemos ido hoy hasta Daroca, un precioso pueblo que nos ha cautivado desde el primer momento y donde además se come estupéndamente. Hemos paseado por sus calles, y hemos subido hasta el «castillo mayor» a pesar del calor que hacía.
Me ha soprendido gratamente la amabilidad de sus gentes, nada más llegar un señor que me ha visto con la cámara ‘profesional’ como decía el, ha querido darme consejos sobre los mejores lugares para visitar y fotografiar en Daroca, se agradece de verdad esa manera de recibir al visitante.