Costó encontrar la tortuga de la que nos había hablado otro compañero fotógrafo, pero al fin dimos con ella y mereció la pena. Tuvimos que esperar a que la vía láctea se posicionara en el encuadre junto con la tortuga, para conseguir la foto que quería, y mientras se posicionaba, aproveché para fotografiar algún curioso árbol cercano.